¡MENTIRAS, mentiras y más Mentiras! La oveja negra era su verdadero señor! Nuestro verdadero líder, el jugaba con su padre como un niño malcriado, rompiendo y corrompiendo los mundos hasta el cansancio, uno tras otro los mundos cayeron en la corrupción y el niño hizo muchos amiguitos que lo ayudarían en su caprichosa guerra de tanquecitos y soldaditos de verdad.
Y el…su ignorante creador escuchaba las mentiras de su hijo predilecto, hasta que fue demasiado tarde para darse cuenta… su padre JA!!…ese cadáver que llaman dios…no, el no era un dios, solo era un simple hombre que lanzaba rayitos de energía cuando estaba de malas y asustaba a los entupidos.
Pero de todas maneras las mentiras hicieron eco durante años en las mentes de los débiles e ignorantes…MENTIRAS! que tuve que escuchar y soportar durante milenios, eran y serán como un dolor punzante en mis intestinos.
Como marionetas atadas por débiles hilos de grandeza, obedecíamos las órdenes y nuestros juguetes disparaban la muerte en el nombre de nuestro señor, muchos mundos destruimos, civilizaciones enteras cayeron a nuestros pies, todo por la gloria de un imperio que estaba condenado desde un principio. Listo para ser el bocadillo final de los dioses disformes y sus hijos.
Así fue como la sombra de la oveja negra de la familia se deslizaba como una serpiente susurrando corruptas palabras llenas de sangre y muerte a los oídos de sus incrédulos hermanos.
Ja! Entupidos niños jugando a los soldaditos! sus planes eran perfectos nada podía fallar, pero su pequeña escaramuza no dio resultado por que los niñitos mimados del creador evitaron su caída, solo Horus maldito Horus, el niño predilecto enfrento a su padre para reclamar lo que por derecho le correspondía.
Luego su mejor amigo tomo el cuerpo de horus y lo llevo a su guarida, allí los traidores esperaron durante años, lamiéndose las heridas sufridas en Terra, planeando y esperando el momento preciso para lanzar nuevamente un desafiante ataque al imperio y a su falso dios!
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